domingo, 18 de diciembre de 2011

Escribir para ser.

¿Hasta qué punto podemos asegurar que aquello que soñamos no es realidad? ¿En qué medida podríamos afirmar que todo cuanto imaginamos no es material? 


El filósofo Paul Ricoeur dice que el humano es un ser narrativo, un animal fabulador. Vive de la fábula, de la narración de historias. Su vida es un relato que se cuenta a sí mismo de forma continua. Y al contarse y recontarse, crea su identidad. En esta incesante labor narradora, va entremezclando anécdotas y experiencias, cuentos y maravillas. Qué frágil es la frontera entre nuestras ficciones y nuestras realidades. Entre lo que soñamos y lo que somos hay una puerta siempre abierta: lo que deseamos. Ser. Seguir siendo y estando. 

Escribir para ser. Escribir en una hoja en blanco o sobre esta pantalla. Escribir para hablar de nuestras historias, las que son a veces fantasías, a veces realidades, si es que algo es real. Escribir también para desenmascarar las ficciones que se visten de verdad como versiones oficiales de una historia que otros nos pretenden escribir.

Este portal queda abierto. Elige tu llave: ¿ficciones o realidades?


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